martes, 4 de junio de 2013

'Sala de recuperación de belleza', una realidad

La fotógrada Ji Yeo se centra en el 'boom' de las operaciones estéticas en Corea del Sur en su nuevo proyecto



                                                                      © Ji Yeo
       
Los cánones de belleza establecidos en nuestra sociedad actual son cada día más exigentes. Cuerpos inalcanzables que frustran a la mayoría de las mujeres  que se someten a dietas, en muchas ocasiones perjudiciales para la salud, e incluso a cirugía plástica para alcanzar la ansiada perfección, esa que no existe.

Corea del Sur es uno de los países del mundo con mayor tasa de intervenciones estéticas, 74 por cada 10.000 habitantes. Algunos datos recogidos muestran que entre el 15% y el 30% de las mujeres del país se han sometido a algún tipo de procedimiento quirúrgico. Esta realidad ha llevado a la fotógrafa Ji Yeo a realizar una exposición, ‘Sala de recuperación de belleza’, en la que pone cara a muchas de esas personas que han decidido someterse a duras operaciones y dolorosos procesos de recuperación.

Con este proyecto Yeo quiere mostrar “el coste físico que muchas mujeres coreanas pagan al adherirse a las presiones sociales para alcanzar la belleza; específicamente, un aspecto más occidental y como la cirugía estética se ha convertido en una parte integral de la Corea actual”.

En esta aún atrasada mentalidad los hombres parecen ser juzgados por sus éxitos y su trabajo mientras que las mujeres todavía se definen, en un tanto por ciento elevado, por su físico. “La cirugía estética se ha convertido en un paso integral en el proceso de superación personal que deben afrontar las mujeres” sentencia la fotógrafa.

La operación que está de moda entre las mujeres coreanas es la blefaroplastia asiática, que consiste en hacer que los ojos sean mayores y más expresivos, eliminando los característicos ojos rasgados. Estas mujeres buscan cambiar un rasgo que las identifica, que las hace distintas y no por ello menos bellas. Además, también son populares entre las féminas las liposucciones, los aumentos de pecho y las manipulaciones de mofletes, mandíbula y pantorrillas.

Los costes de las exigencias de la belleza resultan no solo caros y en algunos caso dolorosos sino que también repercuten de manera negativa en la identidad y personalidad de las mujeres que viven obsesionadas con su físico, olvidándose de sacar partido a sus virtudes y de mostrar toda su belleza, esa que es real, natural, esa que todas tenemos.