viernes, 3 de octubre de 2014

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Annabelle, ¿otra película maldita?

La precuela de Expediente Warren se suma a la lista de filmes que registran sucesos paranormales en el set de rodaje



Muchas son las historias que envuelven de misterio a los rodajes de las películas más aterradoras, sucesos paranormales que llaman aún más si cabe la atención de los seguidores de este género. ¿Estrategia de marketing o casos reales?

La última grabación que está dando que hablar es Annabelle, la precuela de Expediente Warren, ambas basadas en relatos reales de posesión demoníaca. El director de la cinta John R. Leonetti contó para The Hollywood Reporter los extraños acontecimientos que surgieron durante el rodaje. “ El primer incidente sucedió en un salón donde rodábamos, me fije en una ventana llena de polvo cuando de repente vi la marca de tres dedos entre la suciedad. Era tan increíble que la fotografié”.

Hasta aquí puede parecer una broma pesada de algún miembro del equipo ¿no?, según el cineasta el demonio del filme tiene tres dedos, de ahí su pavor. Pero, la cosa sigue, Peter Safran, productor de Annabelle, explica que “cuando rodábamos una escena en la que el demonio perseguía a un conserje, justo al situarse cerca de una lámpara, ésta se rompió y le cayó en la cabeza”. Una vez más podría resultar una coincidencia o un desafortunado hecho pero Safran apunta que “el conserje de la película es asesinado en ese mismo pasillo”.

Estos acaecimientos bien podrían resultar casualidades pero está claro que cuanto más dé  que hablar la película mejor para la taquilla y dicho sea de paso alimenta la expectación y morbo de los amantes de lo paranormal. Siempre me he preguntado si existe algo más allá, si realmente no estamos solos, ¿se condenan los malos actos? es algo que nunca sabremos, o sí...

El mal habita en el cine

¿Están malditos los set de rodaje de las peores tramas del séptimo arte? Recordamos tres ocasiones en las que la explicación racional no tiene cabida para sus adeptos. 

Comenzamos por la más conocida, una película que marco a generaciones, El exorcista, de William Friedkin (1974). Por aquel entonces se extendió la idea de que  esta obra estaba condenada ya que entre cinco y nueve personas de las que participaron en esta producción fallecieron antes, durante y hasta dos años después de su estreno. Víctimas de infortunios, enfermedades, misterios sin resolver... Entre ellos encontramos a Vasiliki Maliaros que daba vida a la madre del Padre Karras. En estas historias pasamos a mayores, no hablamos de simples marcas, huellas o incidentes sin importancia.

La muerte rodeaba a esta peculiar historia y la siguió hasta su versión teatral en la que Mary Ure, actriz que encarnó a Reagan, fue encontrada muerta, con los brazos en cruz, en un charco de su propio vómito. Hay que aceptar que ésto da mucho que pensar.

Por otro lado, un incendio en el estudio de grabación hizo que se pospusiese varias semanas el rodaje, estos y otros hechos llevaron al director a pedir a un cura que realizase un exorcismo de verdad, ver para creer.

La siguiente en la lista no puede ser otra que la famosísima Poltergeist, de Tobe Hooper (1982). ¿A quién no se le han puesto los pelos de punta al ver a esa pequeña rubia con las manos en el televisor? ¿Quién no miraba a la caja tonta con miedo a que algo se lo llevara al otro lado?

JoBeth Williams (actriz que daba vida a la madre de Carol Anne) declaró ante los medios que algunos de los esqueletos usados en el filme eran de verdad, aquello desató las elucubraciones que asociaban lo acontecido a sus personajes con la posibilidad de haber cabreado al inframundo.

La infante Heather O’Rourke que todavía hoy me inquieta al ver la película, una vez terminada la tercera y última entrega en 1988 acudió al hospital por fuerte dolores estomacales, allí se la diagnosticó estenosis intestinal (secuela de la enfermedad de Crohn) en ese mismo año falleció a la edad de 12 años.

Pero, no sería la única. Dominique Dunn, hermana de Heather O’Rourke en la ficción, acabó traumatizada y diciendo ver sucesos extraños en su propio domicilio, poco después de esto fue asesinada (con 23 años) por su ex pareja. La tercera tragedia llegaría con Julian Beck (el reverendo Kane en la segunda parte) quien murió a causa de un cáncer de estómago poco después de acabar el rodaje. La última muerte sería la de Will Sampson (interpretó a un chaman en la 2ª parte). Al poco tiempo de terminar la grabación tuvo que recibir un trasplante de riñón y corazón, escaso tiempo después de ser operado, falleció.

Numerosos accidentes tuvieron lugar también durante los rodajes, una vez más, para los más supersticiosos, fruto de lo paranormal. Trágico es, para que nos vamos a engañar, pero ¿y si simplemente era su hora?

La tercera y última película del post es La profecía, de Richard Donner (1976). Numerosos hechos acaecieron durante la elaboración del filme. El actor protagonista Gregory Peck viajaba en un vuelo directo a Los Ángeles cuando su avión fue alcanzado por un rayo, 3 días después David Stelzer (escritor y guionista) cogía el mismo vuelo y casualmente sufría el mismo accidente, ambos iban camino al rodaje.

Continuando con una sucesión de infortunios en los que no se libra ni el apuntador, el cineasta Richard Donner , además de sufrir un accidente de tráfico, del que salió vivo, presenció un atentado del IRA contra el hotel en el que estaba alojado. 

Pero, sin duda, el momento que más da que pensar hasta a los más escepticos es el accidente que le arrebató la vida al encargado de los efectos especiales, el mismo que diseñó el vidrio que decapitaba a David Warner en la cinta. Éste iba acompañado de su asistente Lizz Moore quien murió decapitada y cortada a la mitad de una forma similar al del relato. Era un viernes 13 y se encontraban a 66,6 kilómetros del pueblo más cercano.

Estos son apenas algunos de los sucesos que ocurrieron durante la grabación de La profecía, se podría escribir todo el día acerca de los misterios que envuelven a aquellos que se dedican al género de terror e incluso en filmes cuyo argumento no gira entorno a lo satánico.  Pero todos sabemos que la cuestión no es esa, sino, ¿se trata de coincidencias o habita el mal en el cine?