sábado, 12 de enero de 2013




Cuando la vida pierde todo su sentido


El mundo de la moda llora al modisto Manuel Mota tras su repentino suicidio






Éxito, amor, dinero, prestigio... Manuel Mota de 46 años, director creativo de Pronovias, lo tenía todo o casi todo. El pasado martes uno de los grandes de la moda nupcial decidía quitarse la vida en los lavabos de un centro de atención primaria de Sitges. 

Un halo de misterio envuelve esta triste noticia. Como si de una historia de suspense se tratase los medios desvelan que el fallecido portaba tres cartas, una para su pareja, otra para su familia  y la última para los Mossos. Y todos nos preguntamos ¿qué le lleva a una persona aparentemente triunfadora a suicidarse?

Sí amigos, hablamos de suicidio, esa palabra tabú en los medios de comunicación que apenas tiene su “segundo de gloria”, suceso que cada vez es mayor entre nuestros adolescentes que sufren acoso escolar, entre los adultos que se ven sin nada, y que solo son de “interés público” cuando llevan delante un nombre de reconocido prestigio.

Muchas son las personas que movidas por un gran vacío no encuentran las fuerzas necesarias para seguir andando el largo camino de la vida. En este caso, tanto la carta que dedicaba a la policía como las palabras de sus más allegados apuntan que el acoso laboral y una depresión que arrastraba de años atrás serían las causas que le llevaron a clavarse un cuchillo.

Por su parte, Pronovias no ha tardado en deshacerse en elogios con el modisto, para quién sabe si redimir su sentimiento de culpa o simplemente limpiar su nombre. El caso es que la reconocida marca ha mostrado su tristeza bajo un comunicado. " Queremos transmitir el enorme cariño que hemos sentido siempre hacia Manuel como compañero así como la gran admiración que le hemos profesado por su extraordinario talento creativo. Manuel era una persona absolutamente excepcional y así quedará en nuestros corazones".

El funeral se ha celebrado en la más estricta intimidad y la familia ha pedido que nadie de la firma acudiese al entierro, salvo las tres personas mencionadas por Manuel en su carta de despedida.

Durante 23 años había dedicado todo su tiempo, talento e inspiración para vestir a la mujer en el día más importante de su vida, 23 años dedicado a sacar sonrisas entre sus clientas, pero ¿quién le sacaba la sonrisa a él? ¿quién reconocía todo su esfuerzo y trabajo?

Una persona puede tenerlo todo o casi todo, pero si no logra llenar su vacío interior no logrará ser feliz, para unos es reconocimiento laboral, para otros amor, para otros amistad pero en definitiva para todos es ese momento que hace que el mundo se pare, ese momento en el que uno está en paz consigo mismo.

Y era ese mágico instante el que no acaba de llegar a la vida de Manuel Mota. Nos deja su arte, su obra, pero también un problema que muchos tratan de silenciar. El acoso, el moving, el exceso de presión... se llevan cada año demasiadas vidas.



No hay comentarios:

Publicar un comentario